¿Es posible que el mundo financiero se interese de verdad por conocer la Huella de Carbono de las empresas? ¿Hay alguna razón que justifique ese interés? Pues aunque algunos se puedan sorprender, la respuesta es que sí.
El mundo financiero está cada vez más interesado en conocer el comportamiento ambiental de las empresas y en particular cómo enfocan los riesgos para sus negocios, derivados del cambio climático. Por ello, cada vez más grandes empresas multinacionales calculan e informan de su Huella de Carbono; y en los países más avanzados empieza a ser obligatorio comunicarla en los Informes Anuales de las empresas más importantes, que cotizan en bolsa.
En primer lugar unos datos.
A día de hoy más de 180 empresas de la lista Fortune 500 hacen el esfuerzo de informar sobre las emisiones de GEI de una parte del Alcance 3 de sus organizaciones (una parte de su cadena de suministro), cuando hace 10 años casi ninguna lo hacía. Esto incluye a compañías como el Bank of America (sector bancario), Sprint Nextel (sector de servicios de telecomunicación), Cisco (sector tecnología), Lockheed Martin (sector aerospacial y defensa) y Kraft (sector alimentación), entre otras.
El 96% de las empresas del FTSE 100 del Reino Unido y el 69% del FTSE 350 midieron e informaron de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el Carbon Disclosure Project (CDP) en el año 2012.
La creciente influencia del CDP, que representa a 722 inversores institucionales, con 87 billones de dólares en activos, indica un cambio sustancial en el nivel de importancia que los inversores le dan a la gestión del carbono como un riesgo empresarial.
En la Reunión Anual de Rendición de Cuentas del año fiscal 2012, en EEUU, en 94 empresas los inversores presentaron 110 resoluciones de los accionistas, relacionadas con los temas de sostenibilidad y cambio climático. Muchas de las resoluciones presentadas solicitaban la supervisión de las cuestiones de sostenibilidad corporativa y la información de la misma mediante los informes de sostenibilidad.
En general, las empresas (entre las que estaban los principales fabricantes de Estados Unidos, marcas de consumo y proveedores de servicios, como Nike, UPS y Starbucks) piensan atender las peticiones recibidas.
El 6 de abril de 2013 el gobierno del Reino Unido ha hecho obligatoria (Climate Change Act 2008) la notificación de las emisiones de GEI en sus informes anuales (Mandatory Carbon Reporting, MCR), para las empresas que cotizan en el mercado de la Bolsa de Valores de Londres (London Stock Exchange, LSE). A partir de octubre de 2013, todas las empresas tendrán que informar de sus emisiones de GEI mundiales en sus informes financieros desde el comienzo del próximo ejercicio.
Pero la Huella de Carbono de las empresas no es importante sólo para los sectores industriales. Incluso empresas como los bancos, que tienen impactos ambientales directos limitados, están siendo requeridos por la Securities and Exchange Commission (SEC) de los EEUU para que declaren en sus Informes Anuales de Cuentas los riesgos directos e indirectos para sus inversores, asociados con el cambio climático.
¿Qué razones impulsan a empresas tan importantes a seguir esta tendencia creciente?
Un informe del banco HSBC, de principios del año 2013, pone de manifiesto que las empresas del sector del petróleo y el carbón podrían perder entre el 40 y el 60% de su valor en un “escenario bajo en carbono”.
Y este “escenario bajo en carbono” no es el resultado de una “agenda ecologista verde radical”, sino que está basado en lo que la Agencia Internacional de la Energía estima que es necesario para que haya un 50% de probabilidades de limitar a 2 ºC la elevación de la temperatura del planeta, desde los niveles preindustriales.
No cabe duda de que los grandes sectores industriales intensivos en el consumo de combustibles y electricidad deben estar muy atentos a su HC y no es de extrañar que sus accionistas e inversores muestren el máximo interés al respecto.
En definitiva, queda claro que el hecho de que una empresa o sus inversiones tengan una mayor o menor HC, o de que su negocio pueda verse directa o indirectamente afectado por políticas de reducción de la intensidad en carbono puede afectar sustancialmente a su negocio.
Además, hoy día, las organizaciones se enfrentan a una creciente presión social y financiera para dedicar los presupuestos destinados a acciones relacionadas con la sostenibilidad a lo que realmente es importante para el medio ambiente y para los beneficios económicos.
Una opinión pública cada vez con más criterio y conocimiento sobre la materia quiere ver este dato recogido en los Informes Anuales de las empresas. Y la mayoría de las agencias de calificación tienen en cuenta toda la cadena de valor para evaluar y clasificar a las empresas.
Resumiendo.
Inspirados en el sabio refranero español cabría decir: “Cuando la Huella de Carbono de tu vecino veas publicar, pon la tuya a calcular”.
O mejor aún: “Cuando la Huella de Carbono de tu vecino veas publicar, puede ser tarde para poner la tuya a calcular”.